Se cayó el sistema

2009-12 Cat: Sociedad

Tsunamis de desterrados, erradicados, expulsados e inmigrantes ilegales. Ejércitos de famélicos, lumpenes, descerebrados por inanición, alcohol o droga. Resentidos por lo que no han tenido, no tienen ni nunca tendrán. Explotados en la mendicidad, el narcotráfico, en cosechas, en sucios lupanares, callejones o mazmorras textiles sin luz ni derechos. Esclavos ‘made in Argentina’ cuya existencia depende de favores, servicios ‘non sanctos’ y sin factura. Carne de cañón usada indistintamente por traficantes, políticos, policías, Iglesia o el Mercado según la ocasión.

Cursan en la calle las materias básicas necesarias con los mejores docentes y cuando demuestran poder defenderse o portar armas para atacar sin vomitar ni temblar, se ofrecen al mejor postor para reducir mercadería robada, vender falsificada o adulterada, transar ‘merca’, robar, matar, amenazar, usurpar y otros oficios de similar prestigio. A los codazos, buscan su lugar para ‘cartonear’, cuidar autos, limpiar parabrisas en los semáforos, mendigar y en el organigrama de las barras bravas de fútbol. También para hacer ‘número’ en piquetes, actos de repudio o escarnio o para vitorear con entusiasmo en actos partidarios e inauguraciones de obras oficiales.

Muchos son menores de edad que pululan en los asentamientos ilegales, vagan por las calles, en andenes o vagones del ferrocarril y subterráneos atentos a cualquier ocasión para alzarse con algo ajeno. Pese a que deberían estar en la escuela o el colegio según la legislación vigente que dice protegerlos. Cuando les llega la inquietud, se reproducen libremente donde pueden. Quizás piensen que de esta manera aumentan sus posibilidades de obtener beneficios sin esfuerzo. No reparan en que solo eternizan la miseria que los condena a ellos y a su prole.
Por falta de entendimiento o por morir anticipadamente, nunca lo sabrán.

Todos sin rumbo ni plan. Solo acción y reacción. A la deriva, sin valores ni respeto por personas ni bienes. Cuando finalmente el brazo de la ley los alcanza antes que el de la asistencia social, pasan a cursar diversas ‘maestrías’ en las instituciones para menores o cárceles. Allí reciben instrucción por veteranos, verdaderos expertos y si se esmeran, podrán hacer ‘trabajitos’ para sus ocasionales cómplices o cuidadores. Un verdadero posgrado del delito. En esas instituciones que, según dice la Constitución, deberían ser ambientes sanos y limpios para recuperarlos.
Cada vez menos sanos, más sucios y degradantes.

Entrar, sufrir, aguantar, salir, delinquir y volver a entrar. Y cada vuelta de este carrousel sórdido los mostrará más enfermos, resentidos y feroces. Cada vez con menos límites y escrúpulos. Alejándose de un posible retorno a una vida sana. Acelerando la cuenta regresiva hacia su colapso y muerte.
Caídos del sistema los llaman.

El resto de las personas miran hacia otro lado o los ignoran displicentemente abandonados a una ilusión de corto alcance. Dura hasta que algunos sean brutalmente arrancados de este letargo cuando por ostentación o por azar sean elegidos como nuevas víctimas. Bingo. El que sobreviva quedará marcado en forma indeleble y nunca más ignorará esta mancha voraz.
Hoy parece que al poder de turno le conviene el crecimiento de la indigencia, la pobreza y el analfabetismo. Nada mejor para la manipulación, el engaño y el voto vendido al mejor postor.
Hubo un tiempo donde en la Argentina funcionó un sistema de Educación, Salud, Justicia y Trabajo que brindaban esperanza y progreso para la mayoría.
Por acción o inacción, se cayó el sistema.

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Claves: maras, indigencia, pobreza, lumpen, ignorancia, analfabetismo, claque, inmigración ilegal, merca, paco, delincuencia juvenil, sicarios, Asignación Universal por Hijo, Plan Trabajar, Plan Jefes y Jefas, HUA, FTV,La Cámpora,Tupac Amaru

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